¿Algún día nuestros políticos cumplirán?

Ante todo, nuestro sentido pésame a los familiares y amigos de las víctimas del pavoroso incendio declarado en los dos bloques de viviendas de la ciudad de Valencia, así como el deseo de la pronta recuperación de los heridos habidos en semejante holocausto.

Dicho esto, con el mayor de los respetos, no debemos olvidar que tenemos la obligación de valorar y evaluar los acontecimientos en los que se ven inmersos los afectados.

Primero y como es obligatorio dar una valoración muy alta a todos los vecinos por su generosidad para ofrecer, con todo lo que tenían a mano, ayudar para los afectados que lo han perdido todo. Y todo es todo. Una vez más se demuestra que el grueso de nuestra sociedad sigue teniendo solidaridad con el necesitado, sin necesidad de que se le reclame el hacerlo. Libre decisión.

Segundo y es de justicia reconocer, la labor encomiable del cuerpo de bomberos, que dejando a un lado sus reivindicaciones laborables, se han jugado el tipo en el cumplimiento de su deber. Y por supuesto a todos los demás estamentos de policía, protección civil, personal sanitario y todo aquel colectivo que de inmediato se han puesto a cumplir con su cometido, sin preguntar cuanto ni cómo.

¿Y el personal político? Estar han estado, pero ¿se notará su presencia?

Por lo que se ha demostrado una y otra vez, por desgracia, es que de todo lo que se les llena la boca de promesas, ayudas y no se sabe cuántas cosas más, al final queda como siempre. En casi nada. Si no que se lo pregunten a los damnificados por las últimas tragedias habidas aquí y por otros pagos.

Los políticos deberían saber, que su obligación, es estar para solucionar los problemas de la sociedad a la que representan. Primero poniendo los medios para que dichas catástrofes no ocurran y si aun poniendo los medios, por una razón impensable ocurren, solucionarlo de inmediato y subsanar al mismo tiempo esos posibles errores.

No se entiende ni se debe consentir que haya empresas o personas que con el único fin de enriquecerse traten de minimizar los costes para tener mayores beneficios a costa de poner en peligro la integridad de las personas. Eso debería ser considerado un delito.

Pero los políticos, ay los políticos, no suelen estar por esa labor. Quizás es que no saben ya cual es su labor. Estos últimos días en el Congreso se celebraba una jornada parlamentaria para la ley ELA. Los enfermos de tan espantosa enfermedad esperan que el Estado les ayude en su sufrimiento, pues bien, solo acudieron a la cita el 1.4% de sus señorías. Una demostración más de que los políticos están más para la foto que para lo que se les ha votado.

Es hora de que la sociedad empecemos a exigir a nuestros representantes que actúen y trabajen para aquello por lo que se han presentado, y si no lo tienen claro, por dignidad que dimitan que no es un mal paso.

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