Estas pasadas elecciones nos han traído lo que todo el mundo presagiaba, un giro radical en el panorama político. Y si ha sido en general, a nosotros lo que más nos preocupa es lo ocurrido en nuestro estimado País Valencià.
Los motivos por los que se ha producido el cambio, nunca se sabrán a ciencia cierta. Cada uno aportará su punto de vista sobre lo acontecido. Pero es evidente que la llamada izquierda ni se ha movilizado ante lo evidente ni sus representantes han sabido llegar a convencer.
Las coaliciones que tanto en Les Corts como en muchos ayuntamientos han demostrado que, si se puede gobernar y avanzar con criterios diferentes, han caído en lo que a nivel de calle se le llama apego al sillón.
Demasiado visibles esos ánimos que se equiparan a las pretensiones de los políticos de derechas. ¿Suena aquello de que al final todos son iguales?
Por sistema la llamada izquierda es muy sensible a ello y castiga con dureza a sus representantes que no se atienen a su código. Si además tenemos que entre los diferentes partidos en coalición siempre se quiere prevalecer su criterio al del resto, ya tenemos el lio montado.
Nadie parece recordar que en tiempos del final de la dictadura una autentica maraña de partidos y asociaciones fueron capaces de unirse con un objetivo común, la lucha por la implantación de la democracia. Pues ahora no. Parece ser que no encuentran un objetivo común para aunar fuerzas y no divisiones.
La derecha no tiene esos problemas, como no tienen varias ideologías, lo tiene mucho más fácil para coaligarse.
Y claro, con ellos llegó VOX. Y como quiera que lo único a conseguir es el poder pues no hay reparos en acomodarse para conseguirlo.
Dicho esto, ahora vienen las consecuencias. Esta gente no piensa en lo que le interesa a la gente en general, solo lo que a ellos les afecta.
No sabemos por dónde empezaran, ¿cultura? ¿derechos sociales? ¿inmigración?, no hace falta hacer una lista, lo van a tocar todo y le darán la vuelta al calcetín. Pero tranquilos que a fin de cuentas eso es lo que se ha votado, incluso con los que no han votado.
Para terminar, no es que a VOX le interese gobernar en las distintas nacionalidades, no. VOX siempre ha dicho que está por la abolición de éstas, para volver al estado centralista. ¿Por qué ahora participa en ellas? Lo podemos ver en nuestra comunidad, nos meten a un torero retirado como vicepresidente. No creo que sea una lumbrera, pero sí puede ser todo un desatino para que luego puedan decir, que no tiene ningún sentido la existencia de las nacionalidades. Y así ir ganando adeptos que se sumen al criterio que es todo un despilfarro de gasto público lo que ocasionan la implantación de las distintas nacionalidades.
Al tiempo. Esto no ha sido más que el comienzo.