“La sociedad tiene a los políticos que se merece”. Una frase repetida mil veces, pero que lleva al engaño. De primeras, es real. Una sociedad en la que se prima al malo, al chulo, al encubridor, al tramposo, en definitiva, a todo aquel que hace y provoca el mal y por el contrario todo el que va haciendo el bien tiene todas las de perder, es lógico que sus representantes demuestren y ejecuten esa condición. Miremos lo que acontece en las distintas cámaras políticas y comparemos con lo que se vive en esta sociedad.
De segundas, la sociedad del bien obrar, que no cree que esos políticos le representan, no debe aceptar la frase que encabeza este escrito.
La sociedad del bien pensar y actuar debe y tiene que luchar para erradicar a esos políticos que dicen les representan, porque no es así.
Todo esto viene a cuento porque hay un dicho que dice “si no quieres que se sepa, no lo hagas”. Y las declaraciones de la exconsellera Pradas ente la jueza del caso DANA, ponen de manifiesto que estos políticos no nos representan.
No vamos a comentar las posibles consecuencias jurídicas. No debemos. Si que podemos comentar las políticas. ¡Y estas pasan por exigir desde ya! la dimisión de todos los políticos implicados en el caso y de paso investigar al resto por su trabajo.
Que haya políticos que sin saber ni tener idea de como funciona su correspondiente Conselleria, Dirección General o el cargo asignado se metan o les meten en el mismo, es como poco una irresponsabilidad. ¿Qué sabe un político de gestionar sobre el trabajo que se le asigna? La mayoría, ni pajolera idea. Así nos ha ido y así nos va.
Los técnicos de la rama que sea tienen una trayectoria reconocida, pero no tienen la autoridad necesaria para implementar las decisiones que se requieren. Para eso están los políticos, que tienen que avalar y poner en marcha esas decisiones técnicas, por ser los responsables de tal decisión. Como ocurre en cualquier empresa del sector privado. Un director que sabe de que va, se acompaña de técnicos que saben y mucho de lo que se trata.
En el caso de Pradas, se demuestra lo habitual. Político/a que hay que colocar como sea en donde sea, sin tener ni idea de lo que se lleva entre manos. Bueno saber saber, si lo sabe, el buen pellizco de salario que se lleva. El problema es cuando tiene que ejercer su trabajo y más con un drama como el de la DANA. Seguramente a nadie le gustaría estar en el pellejo de Pradas por todo lo ocurrido y más en ese fatídico día 29O. Nos imaginamos preguntándose: ¿Qué hago, que hago? Llamando a su mentor Mazón y éste desaparecido políticamente, imaginémonos con el ¿y a mí que me cuentas? Total, una falta monumental de experiencia y gestión.
Los políticos tienen que estar los que nos merecemos y si no sirven a las primeras de cambio, fuera.
La política debe ser para gente vocacional de servicio a la sociedad, no para servirse de ella.
La Democracia requiere de una lucha constante para mantenerla, en ello nos va nuestro bienestar. Si no lo hacemos nos la quitaran aquellos que no quieren que vivamos en libertad. Y la libertad se conquista día a día.
No nos fiemos de los que están o quieren estar. Busquemos a aquellos que nos puedan representar con dignidad y no caigamos en que sean ellos los que se presenten como garantes de todo ello.