Las macrogranjas, un tema del que se habla mucho estos días.
Es un objetivo más del capitalismo para conseguir el máximo beneficio a costa de todo lo que le rodea: la salud ciudadana, el cambio climático y desplazamientos de personas desubicadas.
La excusa siempre es la misma: reducir costos de energía, de piensos y sobre todo de personal asalariado.
En España tenemos un terreno propicio para estos proyectos, que es la España Vaciada. Este tipo de granjas, sobre todo las porcinas, general malestar ambiental (malos olores), lo que hace que los pocos habitantes de nuestros pueblos, allá donde se instalen, tengan que abandonar sus hogares de siempre. También, que puedan ser visitados por el turismo rural, que busca naturaleza y lugares emblemáticos. Todo ello va a redundar en una España más Vaciada. Hay que tener en cuenta que estas granjas concentran a unas 4000 cabezas cada una, y ya tenemos instaladas unas 3000.
Pero es que estas explotaciones generan gran cantidad de amoniaco en el aire y purines en el suelo.
España ya ha sido llevada ante los tribunales por la UE, por sus emisiones de amoniaco. En estos momentos ya estamos un 27% por encima de lo permitido. Una vez más la Administración, con sus políticos a la cabeza, están permitiendo que esas grandes empresas saquen grandes beneficios , siempre a costa de los consumidores. O es que, ¿no nos damos cuenta que las sanciones de la UE, las pagamos entre todos? Mentalicémonos, nos van intoxicando poco a poco, nos engañan con el producto y encima de no sacar nada de ello, les tenemos que pagar sus fechorías.
Los desechos de estas súper granjas en forma de estiércol (los famosos purines), están contaminando las masas de agua. Ya hemos llegado al 40% de la superficie de nuestro país.
Por otra parte la calidad de los productos que ofrecen deja mucho que desear. De todos es sabido que no tiene nada que ver la calidad que ofrece un animal criado en libertad a otro que lo hace hacinado. Esa falta de calidad se suple con aditivos, desde colorantes hasta potenciadores de sabor, que aunque es verdad que están tolerados por nuestro organismo, van sumándose a los aportados por otros alimentos, con lo que sí nos afecta su acumulación.
La contaminación de las aguas, es un tema serio y muy grave. No solo para nosotros sino para las generaciones venideras. Pero de eso el capital pasa olímpicamente. Su lema siempre ha sido: ganar dinero rápido ahora y que se apañen como puedan después.
Abogamos por una ganadería sostenible para el medio ambiente, que lo engloba todo.
Que se realicen estudios científicos sobre el terreno para determinar la viabilidad o no de la implantación de la ganadería, sea del tipo que sea.
No masificar las granjas, para no generar problemas ambientales y dosificar su implantación, para conseguir una cabaña en libertad, reducida y con acceso a ganaderos asociados en cooperativas, para minimizar gastos y defender su producto. Garantizando unos precios justos para que puedan vivir dignamente, los habitantes de esa España Vaciada y a su vez desmasificaremos las ciudades.
Apoyamos la actitud y las palabras del Ministro Garzón cuando da a conocer toda esta problemática. Y criticamos a todos los políticos que defienden a estos monopolios de la crianza de animales en macrogranjas, por ser fieles al pesebre de estas oligarquías y menospreciar a los ciudadanos que dicen representar. Algunos con la incongruencia de llamarse socialistas como los señores Page y Lambán.