Artículo de Josep Miralles Climent.
En un documento de la Generalitat Valenciana, Conselleria de Participació, Transparència, Cooperaió i Qualitat Democràtica, Catàleg de estigis relatius a la guerra civil i la dictadura, en su anexo III, «Informe sobre criterios generales de actuación sobre los vestigios de la guerra civil y de la dictadura».
En el punto 3, apartado 1 se dice: «Como regla general, se procederá a la retirada de los vestigios que contengan cualquier motivo de conmemoración, exaltación o enaltecimiento de la sublevación militar de 1936 y de la dictadura». Uno de los símbolos incluidos es la que debajo de su imagen nombra como «Cruz de Borgoña en la guerra civil», a la que identifica como «simbología carlista».
Es cierto que este antiguo y legendario símbolo lo adoptó el carlismo como suyo. Sin embargo, conviene tener en cuenta varias cosas que se exponen a continuación.
Este símbolo fue adoptado para identificar a los ejércitos españoles en los escudos de armas y en las banderas de las Españas, desde la llegada de la dinastía de los Austria. Esta bandera ondeó, probablemente, por primera vez como insignia en la batalla de Pavía en 1525. Fue el emblema más característico de los utilizados por los tercios españoles y regimientos de infantería del Imperio español entre los siglos XVI al XIX.