10 de la mañana del 19 de junio, día de las Elecciones Andaluzas y que con toda probabilidad serán arrasadas por los involucionistas. Todos se preguntan que les ha pasado a los andaluces para pasar de ser un pueblo mayoritariamente progresista a para tener que hacer un giro de 180º.
Análisis hay y habrá mas que suficientes para explicarlo. Nosotros nos fijaremos en un detalle preocupante. Si lo que se pretende con ese giro radical es castigar a los responsables políticos de su cuerda, por no tener criterio -o peor aún- por ir en contra de sus propios intereses, no debe ser esa la actitud a tomar.
No vale el pensar que lo que se ha logrado avanzar en esta sociedad, ha sido por obra nuestra y ahora que apechuguen otros.
Ha costado mucho conseguirlo, con sangre -si con sangre, por si a alguien se le ha olvidado- con sudor y muchas lágrimas, para ahora tenerlo que echarlo todo por la borda.
Los políticos que tienen que defender a nuestras gentes, está claro que no están por la labor, más bien están por defender sus propios intereses y por lo tanto alejarse de los de sus propios votantes.
Es cierto que la sensación que da ver a los diferentes partidos de la llamada “izquierda” dividirse y pelearse entre sí, no favorece al ánimo de la gente, pero es que los logros obtenidos en esta sociedad no se sustentan solos, hay que luchar para que perduren, sin esperar a que nos lo solucionen otros.
Una lucha diaria, no en unas votaciones y luego a casa a criticar lo que no se hace bien. Nos debemos implicar y exigir día a día y no pensar que, con el castigo de los resultados de unas elecciones, se van a solucionar nuestros males.